México, por la conquista definitiva de los Oscares

 
La entrega de los premios Oscar son, desde que tengo uso de razón, una noche para apreciar.

No solamente por las películas que compiten, sino por los títulos que pronto serán estrenos en nuestro país.

A lo largo de los años, el talento mexicano se ha ido abriendo camino, pero jamás imaginé poder ver tantas muestras de arte en una sola generación.

Jamás imagine que, desde la visión de mexicanos, nuestros embajadores se encargarían de romper el mito de lo inalcanzable, el tabú de lo imposible, imponiéndose a golpes de cultura a cualquier paradigma, visión política, racista o intercultural.

Lo logrado por Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu, trasciende en el tiempo, y quizás sea más adelante que terminemos de dimensionar los impresionantes estándares alcanzados por ellos, desde sus visiones únicas e irrepetibles.

Del Toro con su visión tan exquisita y artística de los monstruos, y sus tramas llenas de sentimientos; González Iñárritu desde una óptica del mundo distinta, con vertientes que terminan convergiendo para dar sentido a su obra; y por último Cuarón, retando a la tecnología, asumiendo la responsabilidad de plasmar en la gran pantalla, visiones que no se tienen, que nacen de su mente para el mundo.

Y es quizás este último, el que ha logrado sembrar en los premios de la Academia Norteamericana de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, una admiración total con una película que no podía ser más mexicana, más nuestra, cuya trama, mensaje, desarrollo y conclusión es desde la realidad nacional, desde los pisos de los patios de millones de mexicanos.

ROMA, esa visión casi biográfica del ilustre Alfonso, realizada con amor y recuerdos de niñez, ha roto una marca histórica, y para la próxima entrega de los premios Oscar es la película, junto con THE FAVOURITE, que más nominaciones ha recibido: 10 en total.

Es cierto que no se espera que gane en todas las categorías, pero viendo la forma en que ese filme ha sido laureado en todo el mundo, en los mejores y más exigentes festivales y premiaciones, no dude que será gran candidata a los premios más importantes como mejor película y mejor director.

Muchas personas han visto el filme y han considerado que no tiene nada espectacular, bueno, no espere usted sorprenderse con cosas que nos resultan tan familiares y cotidianas. Pero si Cuarón se ha vestido de Oro, de Palmas y ha logrado conseguir los mayores logros que jamás pudo alcanzar con ningún filme, no dude que ROMA tiene algo especial, y quizás no sea mala idea verla una vez más, con el respeto que se ha ganado a pulso, tratando de tener la mente abierta para intentar comprender mejor su mensaje.

Al mismo tiempo, la película nos ha regalado claros ejemplos del nivel de idiosincrasia que existe en nuestra querida, amada y odiada sociedad mexicana. Expresiones de personas del espectáculo menospreciando a Yalitza Aparicio son, por decir lo menos, tangible evidencia de lo mucho que nos falta por aprender y el poco entendimiento que tenemos de la tolerancia y la empatía.

Y más cuando se está en presencia de una legítima representante de nuestro pueblo, de nuestras raíces, que deberíamos valorar. Tristemente hemos visto como tratamos de ocultar con vergüenza el mérito de Yalitza, quizás porque en muchos sus ideales fueron construidos aspirando modelos impropios, extranjeros, distintos a los existentes en nuestros orígenes.

Le invito a disfrutar de la entrega de los premios Oscar el próximo domingo, con sus palomitas en mano, de preferencia en familia o con amigos, y seamos todos testigos del gran paso que Cuarón está a punto de lograr, con la cinta más mexicana de todas las que han regalado noches de gran gloria a los talentosos hijos de nuestro país.

Y que Dios bendiga a Yalitzia, quien no pudo representar mejor a las miles, millones de personas que han sido y son muchachas en la casa, nanas, ayudantes, que sin darse cuenta se han convertido en parte de la familia, y desde el trabajo arduo y sincero terminan ganándose no sólo el sustento, sino una parte del corazón del hogar al que sirven.

En mi recuerdo viene irremediablemente Felipita Noj Ake, nana de mi abuelo, nana de mi madre, de mis tías, y durante muchos años, nana mía y de mis hermanos, aquella que salía de casa a las 6 de la mañana para ir a misa, todos los días, con el llamado de las campanas de la iglesia, y que toda la semana esperaba con ansias el domingo para ver su película de la noche, con su amado Pedro Infante, al cual irremediablemente contemplaba para quedarse dormida en su silla, sin poder evitarlo, antes que terminase la transmisión. Personas que llevamos en el corazón, gracias Cuarón por ponerlas en el centro de tu homenaje en el celuloide.

No deje usted de escuchar hoy, en el programa VT DE HIT, solo música nueva, con Kiko Aquino Rubio, las predicciones musicales de los premios Oscar, hoy a las 5:00pm, por 104.1 fm y por www.xevt.com

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