El México que viene

El México que viene
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Adviento es tiempo de esperanza. Los creyentes esperan siempre cosas buenas. Nadie espera catástrofes ni desgracias. La teología sostiene que Dios es futuro, está en el futuro y desde el futuro nos llama. Esta espiritualidad marcó los orígenes del cristianismo. Dios siempre nos llama a un mejor futuro; nos invita a colaborar con él a transmutar la historia. Fue la lección primigenia del éxodo: Dios quiere un pueblo en libertad, deja “semillas del verbo”. Exactamente como las parábolas de Jesús, están insertas y creciendo, sin siquiera darnos cuenta. Los creyentes las identificarán y las abonarán, las tratarán con cuidado, retirarán de estas frágiles semillas, piedras, espinos y todo lo que pueda poner en riesgo los rastros de la vida nueva que viene.

La catarsis nacional que vimos el 1 de diciembre, más allá de las emociones que despertó en la población mexicana y de la natural emoción hasta el llanto de los tabasqueños; era necesaria. Un país deprimido entre el autoritarismo y la corrupción, encontró razones, semillas para sumarse a construir una nueva sociedad.


Nadie como la iglesia católica ha escrito y descrito los anhelos de una sociedad, en todas las épocas y bajo todas las ópticas. Cartas, orientaciones, encíclicas, concilios, exhortaciones… un enorme bagaje de filosofía, antropología, cultura, ética política y cívica alrededor del mundo, han dejado su huella de esperanzas por un mundo mejor. Si alguien quiere describir la sociedad que viene, la sociedad mexicana que anhelamos, puede asomarse a este tesoro cultural conocido como Doctrina Social de la iglesia.

Claramente la mexicanidad está fundada en la fusión de la cultura precolombina y la católica España. Eso significó el barroquismo de las ceremonias de investiduras presidenciales, con sus protocolos liberales y el rito de invocación cósmica del novoindigenismo nacional. El Presidente arrodillado traslució sus orígenes nacidos en lo más hondo de la persecución religiosa, de una región que nunca fue evangelizada ni colonizada del todo. ¿innecesarias y excesivas? Fue el reconocimiento de nuestras raíces ancestrales siempre negadas. Octavio Paz hoy estaría reescribiendo su ensayo “los hijos de la malinche” después del 1 de diciembre.

La sociedad que viene ha de fundar sus columnas no en las diferencias de clases sociales en un neomarxismo o neoliberalismo, sino en la antropología cultural, esto es, desde la aceptación de la pluralidad nacional.

En la primaria se nos enseñaban las clases sociales de la sociedad novohispana bien delimitada: criollos, mestizos, peninsulares, castas, negros. Luego nos dividimos en clases sociales, alta, media, baja, indígenas. Luego ricos y pobres. Finalmente en privilegiados y excluidos ¿cuáles serán los rasgos sociales de la 4ta transformación?

La nueva sociedad no puede nacer polarizada, sino en concordia. El nuevo ente social es el ciudadano que aspira a alcanzar el bienestar con los tres paradigmas conquistados por la revolución humanista: igualdad, fraternidad y libertad. Para que tenga futuro la nueva sociedad es imprescindible que cualquier ciudadano tenga los mismos derechos ante la ley y se hagan valer. El espíritu de fraternidad, de paisanaje, de sentirnos en la confraternidad universal supone mucho más que inclusión. Es el amor al género humano y este no podemos suponerlo, debemos crearlo. La libertad es el presupuesto de la ciudadanía y de la ética.

El núcleo de esta nueva sociedad no puede ser la política económica per se. El bienestar económico debe aparejarse con la construcción del Espíritu de la nación. La educación pública laica, que cuestiona todo y está abierta a todo. La frustrada reforma educativa, era un refrito sin originalidad ni adecuación a la mexicanidad; una reforma punitiva, autoritaria y orientada a la sumisión social.

La educación de la sociedad que viene, debe incluir el patrimonio de valores heredados en sus raíces cristianas. NO puede ser doctrinal, tampoco puede deshacerse del cristianismo fundante de la nación. No confundir educación laica con educación atea. El grito independentista vino de unos curas rebeldes. De ese paradigma cultural habrá de ser autocrítica y propositiva.

El fracaso de la sociedad anterior, estuvo en sus escuelas. Por años dejamos de formar ciudadanos con ética y civismo. Consentimos que eliminaran de los programas de estudio la filosofía y la ética. Allí están los resultados. Generaciones de políticos ladrones, mentirosos, corruptos, mañosos, bribones, cínicos, inmundos.


La corrupción nunca fue problematizada como un problema educativo. No cometamos nuevamente ese error.

En las escuelas deben volver las enseñanzas de filosofía y éticas: no robar, no matar, no mentir, amor a la sabiduría a la verdad, a la justicia, al respeto a lo creado. La cuarta transformación no arrancará nunca, si la generación que la vio nacer, no da el giro epistemológico al nuevo Estado de Bienestar, EDUCATIVAMENTE.
Los maestros llevan en sus espaldas el tesoro cultural de México. El pivote de la Paz social no será la guardia nacional, sino el ejército de maestros, escuelas y universidades públicas y privadas. Atestiguamos que la inmensa mayoría de profesores de México, son auténticos transmisores de valores. No podemos decir lo mismo de sus líderes y sindicatos, quienes mal aprendieron a convertirse en mercenarios de la educación.
La nueva sociedad que viene, ya está aquí. Es preciso educarla, construirla, alimentar su espíritu.

Eso es el adviento. En un pesebre austero y lleno de amor, es donde nace Jesús. En Belén no hay corrupción. Solo hay una familia muy pobre, en serios aprietos porque nadie les quiso recibir. La pedagogía de Dios se encarna en esta y en todas las familias. Hagamos un círculo virtuoso de la dualidad familia-EDUCACION. Que nazca lo más hermoso de nuestra humanidad en cada familia.

XV años. Un día como hoy don Benjamín Castillo, me impuso sus manos en la catedral de Tabasco. Desde entonces mi vida ha estado consagrada al servicio del pueblo de Dios. Gracias a quienes han expresado sus felicitaciones. Perdón a quienes no he sabido servir o mostrar de mejor manera el rostro de Dios y de su iglesia. Este sábado a las 18:00 horas, celebraremos a la virgen inmaculada y después tendremos una hora santa para orar por los sacerdotes, en la parroquia universitaria San Marcos. Todos son bienvenidos. Demos gracias a Dios.

¡Me canso ganso!



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