Ciclones y huracanes no sólo traen daños, sus beneficios ecológicos son mayores, señalan especialistas en ´A Fondo´

Al señalar que históricamente Tabasco ha sufrido el embate de los ciclones y huracanes, especialistas coincidieron en ´A Fondo´ con Chuy Sibilla que estos fenómenos no sólo traen destrucción, sino que sus beneficios ecológicos son mayores.

Durante su participación, el historiador Ricardo de la Peña Marshall refirió que derivado de huracanes, tormentas tropicales y otros fenómenos naturales, en nuestra entidad se tienen registros de más de 200 inundaciones, de las cuales al menos 80 han sido muy significativas.

"El registro más antiguo que tenemos es a finales del Siglo XVIII con el diluvio de Santa Rosa que, aunque las crónicas de la época no lo registran como un ciclón, marcan que estuvo lloviendo poco más de 15 días sin parar, algunas otras crónicas dicen que un mes sin parar y que se inundaron todas las partes bajas de lo que eran las lomas y que afectó a mucha gente".

"La población era pequeña y estaban básicamente en las puntas de las lomas y en Atasta pasaba lo mismo, en Tamulté pasaba lo mismo. se nos olvida mucho a los que vivimos en la planicie que la sierra de Chiapas funciona como una enorme manopla, todo el agua que venga, cualquier norte, cualquier huracán o ciclón topa y escurre hacia la planicie, entonces esa enorme manopla va a permitir que constantemente nos estemos inundando", explicó.

Por su parte, el historiador Jorge Priego recordó que entre los huracanes y ciclones tropicales que más fuerte han impactado en Tabasco se encuentran los conocidos como Janet, Brenda, Gilberto, Opal, Rosan, entre otros.

"Tengo documentado otro que también fue muy conocido entre nosotros, el Janet famoso, el 27 de septiembre del 55, destruyó Belice y Chetumal, yo tengo el Brenda que le dio durísimo a mi pobre pueblo, a frontera, este fue el 21 de agosto del 73, tenemos también el Gilberto, fue muy fuerte, después de golpear en la península y todo fue hacer destrozos en Monterrey".

"Tengo también el Opal y el Roxane, lo tremendo es que fueron muy juntos, el Opal estuvo el 29 de septiembre del 95 y el Roxane el 3 de octubre y también inundó gran parte del Estado, pero más a mi municipio", refirió.

Por su parte, el ambientalista Jorge Goñi, señaló que en la mayoría de los casos, en el estado sólo ha impactado la ´cola´ de los huracanes y ciclones, gracias a la cuenca que hay en el Golfo de México, librando a la entidad de daños mayores.

No obstante, aseveró que estos fenómenos meteorológicos son en realidad benéficos para el ecosistema, pues no sólo alejan el calor, sino que lo redistribuyen, al igual que a las especies de aves y peces, además aportan agua para zonas que carecen de esta.

"Los ciclones no son necesariamente daño, los hemos vuelto daño por nuestra cultura de falta de prevención, pero son una necesidad que la naturaleza implemento, gracias a estas estos huracanes tenemos no sólo la redistribución del calor, tenemos la eliminación de los organismos excedentes en un ecosistema, cada vez que entra un ciclón y tira los árboles viejos está quitando la parte que ya le estorba a la selva".

"Redistribuye a los organismos, muchas aves polinizadoras se van con los vientos y alcanzan zonas que normalmente no estarían ocupando y permite la redistribución biológica en especies aisladas peces que están encerrados en lagos, gracias a la inundaciones, se mezclan genéticamente y mejoran su supervivencia, es la parte positiva de los ciclones y la aportación de agua, ahorita gracias a estos ciclones se controla el problema de la sequía en parte del Norte", subrayó finalmente.